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El arte barroco español (continuación)

La arquitectura

n términos generales, puede decirse que en la arquitectura barroca española, que fue predominantemente religiosa, predominó lo ornamental y decorativo sobre estructuras que siguen los modelos renacentistas. De este modo, las plantas de las iglesias no sufrieron modificaciones y por ello se mantienen estructuras en las que predomina lo plano, lejos de la influencia de los modelos de Borromini. Sobre esas estructuras, frecuentemente realizadas con materiales muy pobres (falsas cúpulas de yeso con armazón de madera u obras de ladrillo), se aplicó una ornamentación barroca que con frecuencia se limitaba a la decoración de la zona del altar. Allí se levantaron retablos de madera completamente dorados, que alcanzaron una gran complejidad y que fueron una de las mejores aportaciones españolas al arte barroco por la gran influencia que ejercieron en el barroco americano o colonial.

El panorama de esta arquitectura religiosa es complejo y está salpicado de docenas de obras, ninguna de las cuales puede considerarse de gran trascendencia. En este sentido, es posible afirmar que el mérito del barroco español estuvo más en su gran difusión hasta hacerlo popular, que en sus aportaciones novedosas. No obstante, pueden señalarse algunas obras y arquitectos como más significados. Así, a comienzos del XVII y aún bajo el influjo herreriano, Juan Gómez de Mora construyó la Clerecía de Salamanca (iglesia y convento de los Jesuitas) y la Plaza Mayor de Madrid.

Plaza Mayor de Madrid

A partir de mediados del siglo, las formas barrocas se fueron imponiendo con más fuerza, sobre todo en Andalucía y Levante, siendo buen ejemplo de ello la fachada de la catedral de Granada, realizada por Alonso Cano, donde ya juega con distintos niveles de volúmenes. Pero fue a finales del XVII y comienzos del XVIII, cuando el barroco español alcanzó, con la familia Churriguera, su personalidad más acusada. Autores de retablos imponentes, como los de la catedral de Segovia o el convento de San Esteban de Salamanca, obras de José Churriguera, quien también realizó el conjunto urbanístico de Nuevo Baztán (pequeño pueblo enteramente realizado en la época). Con un barroquismo más intenso, Alberto Churriguera realizó la Plaza Mayor de Salamanca. Esta familia, que trabajó en obras muy diversas, llegó a dar su nombre al llamado Churrigueresco, que no es más que una interpretación española del término barroco.

Retablo mayor de la Iglesia de San Estéban, en el convento de los Dominicos de Salamanca

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